Desde mediados del siglo pasado las instituciones de educación superior en América del Norte y Europa han desarrollado políticas de Integridad Académica y sistemas o protocolos para abordar casos de deshonestidad académica (Academic Misconduct Managment). Por su parte, no es hasta hace algunos años que universidades de Latinoamérica han comenzado a promover activamente los valores y herramientas de la Integridad Académica en sus instituciones. En la Pontificia Universidad Católica de Chile, producto de buenas prácticas compartidas, nuestro primer paso fue la creación de un Código de Honor en el año 2016 que dio pie a la construcción colaborativa de una Política de Integridad Académica que comenzó a regir el año 2020 con el foco puesto en la formación y el aprendizaje.
En el proceso de implementación de la Política uno de los desafíos fue cómo abordar situaciones de faltas a la Integridad Académica manteniendo un sello formativo. Las universidades pioneras en esta temática se encontraban en tránsito desde modelos punitivos hacia la gestión de casos bajo un enfoque formativo (Möller, 2021) por lo tanto, siguiendo la misma línea adquirimos el desafío de evitar un modelo punitivo y con exceso de burocracia en favor de un modelo educativo centrado en la experiencia del estudiante (Sopcak y Hood, 2022).
En este contexto, el 2022 implementamos un nuevo protocolo para gestionar los casos de faltas a la Integridad Académica, buscando plasmar el sello formativo a lo largo de todas sus etapas. Algunos elementos fundamentales para el logro de los objetivos planteados fueron los siguientes:
Finalmente, lo que se busca con este enfoque es que el estudiante que comete una falta a la Integridad Académica sea capaz de reflexionar entorno a la situación, aprenda del proceso y adquiera herramientas que le sirvan para el futuro y así no vuelva a caer en una situación de deshonestidad académica. Por ello, resulta fundamental a lo largo de todas las etapas del protocolo, poner el foco en la importancia del comportamiento honesto como sello del aprendizaje.
Con la implementación del protocolo, hemos aprendido algunas cosas fundamentales que han aportado al buen funcionamiento de este y al logro de objetivos:
Estamos comenzando con la implementación de este protocolo, por lo que es un proceso de aprendizaje constante. Pero el hecho de contar con criterios comunes y transversales, además del involucramiento de los diversos estamentos de la comunidad universitaria han sido un buen puntapié inicial.
Referencias:
Möller, A. (2022). An analysis of university academic integrity policies in New Zealand. Journal of Further and Higher Education, 1, 1-13. https://doi.org/10.1080/0309877X.2022.2130195
Sopcak, P., & Hood, K. (2022). Building a Culture of Restorative Practice and Restorative Responses to Academic Misconduct. En S. E. Eaton & J. Christensen Hughes (Eds.), Academic Integrity in Canada: An Enduring and Essential Challenge (pp. 553-571). Springer International Publishing. https://doi.org/10.1007/978-3-030-83255-1_29
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