Complete Story
 

01/21/2022

La integridad comienza en casa y se refuerza en la escuela

Written by Lucía del Carmen Córdova Rivera

Hace algunos años, tuve la oportunidad de realizar mis prácticas profesionales en un colegio primaria como maestra de apoyo. En esa ocasión me asignaron un grupo en donde los alumnos tenían entre 6 y 7 años. Recuerdo especialmente a un alumno, pues era muy inteligente, tenaz y a su corta edad no se le dificultaba tomar decisiones; el problema era que su comportamiento no era el correcto. Si algo no le parecía, se molestaba, gritaba, pegaba. Hubo una ocasión en que fue tanto su enojo que rompió una ventana haciendo daño a la maestra titular.

Durante el recreo, sus compañeros se alejaban de él, seguramente por el miedo a sus reacciones. En una ocasión hablé con la maestra titular y le pregunté si los papás de este alumno tenían conocimiento de lo que ocurría en el salón de clase. La respuesta me sorprendió, ya que los padres sí sabían lo que pasaba, pero ellos argumentaban que eso era normal en los niños y que la escuela no solo debe enseñar conocimiento académico sino también cómo comportarse.  

Esto me hizo reflexionar sobre una de las preguntas más comunes referentes a la educación ¿a quién le corresponde enseñar la integridad, la ética, la moral y la disciplina? ¿a los padres de familia o a las instituciones educativas?

Seguramente existen diferentes puntos de vista con relación a este tema. Unos defienden que la educación y los valores se aprenden en casa, y otros, que esto debe enseñarse en la escuela, y en muchas ocasiones, los padres de familia lo exigen, pero luego se quejan de las sanciones que las instituciones imponen ante las faltas de integridad.

En mi opinión, la enseñanza de los valores y el actuar con integridad debe inculcarse en casa, pero también reforzarse en la escuela, es parte de la formación que buscamos en nuestros estudiantes para convertirlos en buenos profesionistas que aporten a la sociedad y contribuyan al cambio que tanto necesitamos.

Esto conlleva a un gran reto, especialmente para las preparatorias y universidades, que son el último espacio para los estudiantes antes de ingresar al mundo laboral. Es en estos niveles, donde lamentablemente, suceden muchas faltas a la integridad como copiar, plagiar, pagar por un trabajo o un examen, no denunciar a otras personas que incumplen con las reglas, entre otras, y que suelen “normalizarse”.

Por ello, nuestra labor como profesores e instituciones educativas es promover la importancia de la integridad no solo en el aula, sino también mostrarles las consecuencias de no actuar con ética en la vida laboral y personal, ejemplos de lo que podrían vivir una vez como egresados y enfatizar los beneficios de actuar con honestidad, respeto, responsabilidad, justicia, confianza y valentía. Así como hacer cumplir los reglamentos y códigos de honor, gestionar los procesos que correspondan, pero, sobre todo, brindar a los estudiantes la oportunidad de aprender de sus errores y enmendarlos.

Si queremos lograr un mejor resultado, este esfuerzo debe realizarse en conjunto con los padres de familia (incluso de los universitarios), y para ello, es importante realizar eventos, talleres y conferencias donde los involucremos y compartamos la relevancia de este tema, así como darles a conocer las reglas de integridad de la escuela y que las respeten de la misma manera que se les pide a sus hijos, pues en este barco vamos todos y solo trabajando de la mano, podremos lograr mejores resultados.

 


Thank you for being a member of ICAI. Not a member of ICAI yet? Check out the benefits of membership and consider joining us by visiting our membership page. Be part of something great!

Printer-Friendly Version

0 Comments